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Tumores espinales

Tumores espinales: cuando algo anormal crece en la columna vertebral.

La columna vertebral es una estructura del cuerpo humano que nos otorga soporte (manteniéndonos en posición vertical) y protección a la médula espinal (en su interior viaja la médula espinal, que transmite todas las órdenes del cerebro al cuerpo).

Los tumores espinales son crecimientos anormales de tejido que se desarrollan dentro o alrededor de la médula espinal o del canal vertebral. Estos tumores pueden ser benignos o malignos. Cuando aparecen, la médula espinal y sus raíces pueden verse afectadas, provocando dolor, pérdida de sensibilidad, problemas de movilidad y alteraciones en el control de esfínteres. Aunque los tumores espinales son menos comunes que los cerebrales, su impacto en la calidad de vida del paciente puede ser significativo.

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¿Qué son los tumores espinales?

Son un grupo heterogéneo de neoplasias (tumores) que afectan estructuras de la columna vertebral y médula espinal. Pueden originarse en el parénquima medular, las meninges, raíces nerviosas o en los componentes óseos de la columna.

La médula espinal es la estructura nerviosa fundamental que transporta señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. Cuando un tumor crece en esta zona, puede comprimir los nervios, afectar la circulación del líquido cefalorraquídeo o incluso dañar directamente el tejido nervioso. Esto puede provocar síntomas que van desde dolor localizado hasta alteraciones neurológicas graves.

Estos tumores tienen un gran potencial para causar déficit neurológico, dolor y discapacidad. Por lo tanto, la detección y el tratamiento tempranos son clave para evitar complicaciones y mejorar las probabilidades de un tratamiento exitoso.

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Clasificación de los tumores espinales

La clasificación se basa principalmente en su ubicación anatómica en relación con la médula espinal y en su origen histopatológico:

  • Intramedulares: Se desarrollan dentro de la médula espinal propiamente dicha (también llamados intraaxiales). Son menos frecuentes, pero pueden afectar directamente las funciones neurológicas.
    Origen histopatológico más común: astrocitoma, ependimoma, hemangioblastoma, entre otros.
     

  • Tumores intradurales-extramedulares: Crecen dentro del canal espinal, ocupando el espacio subaracnoideo alrededor de la médula espinal. Suelen comprimir la médula y provocar síntomas neurológicos progresivos.
    Origen más común: meningioma, neurofibroma, schwannoma, tumores neurogliales, etc.
     

  • Tumores extradurales: Se desarrollan fuera de la duramadre (la capa externa que cubre la médula espinal) y suelen afectar las vértebras o estructuras circundantes.
    Origen más común: metástasis vertebrales provenientes de otros órganos (pulmón, mama, próstata o riñón). También pueden encontrarse mieloma múltiple/plasmocitoma, linfoma o tumores óseos primarios como condrosarcoma, cordoma, osteoblastoma, etc.

 

¿Cuáles son los síntomas y signos más comunes?

  • Dolor de espalda: El síntoma más frecuente. Puede deberse a invasión ósea, compresión de raíces nerviosas o tracción meníngea. A menudo empeora en la noche o al acostarse, no mejora con reposo y puede irradiarse.
     

  • Dolor radicular (radiculopatía): Sensación de ardor, electricidad o punzadas que siguen el trayecto de un dermatoma (por ejemplo, hacia el brazo o la pierna). Se produce por compresión de una raíz nerviosa.
     

  • Déficit motor progresivo (paresia o parálisis): Debilidad en extremidades. Puede afectar piernas si la lesión es torácica o lumbar, o las cuatro extremidades si es cervical (tetraparesia).
     

  • Alteraciones sensitivas: Pérdida de sensibilidad al tacto, dolor o temperatura por debajo del nivel de la lesión.
     

  • Trastornos del control de esfínteres: Incontinencia urinaria o fecal, retención urinaria, disfunción sexual.
     

  • Claudicación neurológica: Debilidad o dolor en las piernas al caminar que mejora con el reposo.
     

  • Síndrome de la cauda equina: Dolor lumbar bilateral, pérdida sensitiva en periné y genitales, incontinencia. Es una urgencia quirúrgica.
     

  • Espasticidad o hiperreflexia: Aumento del tono muscular, reflejos exaltados, clonus o signo de Babinski positivo.
     

  • Escoliosis o deformidad vertebral: Deformidad visible o cifosis, dolor al movimiento, inestabilidad o fracturas patológicas.

 

Diagnóstico

El diagnóstico temprano es esencial.

 

Los estudios más utilizados incluyen:

  • Resonancia magnética (RM): Estudio de elección. Permite observar la médula espinal y masas anormales.
     

  • Tomografía computarizada (TC): Útil para evaluar compromiso óseo.
     

  • Biopsia: Necesaria para confirmar el tipo de tumor.

Tratamiento

Depende del tipo, localización y estado general del paciente.

Las principales opciones son:

  • Cirugía: Es el tratamiento principal. En casos benignos puede ser curativa. En tumores malignos puede reducir el volumen tumoral.
     

  • Radioterapia: Destruye células tumorales o reduce el tamaño de tumores no operables.
     

  • Quimioterapia: Usada especialmente en tumores metastásicos o de rápido crecimiento.
     

 

¿Cuándo está indicada la cirugía?

  • Compresión medular o radicular con síntomas neurológicos progresivos.
     

  • Presencia de mielopatía aguda o síndrome de cauda equina.
     

  • Dolor severo intratable.
     

  • Inestabilidad vertebral.
     

  • Crecimiento tumoral progresivo.
     

  • Fracaso de tratamiento conservador.
     

  • Necesidad de diagnóstico histopatológico.

 

Rehabilitación y seguimiento

La recuperación no termina con la cirugía.

 

Es fundamental la rehabilitación:

  • Fisioterapia: Mejora fuerza y movilidad.
     

  • Terapia ocupacional: Ayuda a adaptarse a nuevas limitaciones.
     

  • Apoyo psicológico: Clave para el bienestar emocional del paciente.

 

Importancia del diagnóstico temprano

Un diagnóstico precoz mejora notablemente el pronóstico. Ante síntomas persistentes como dolor de espalda, debilidad o pérdida de sensibilidad, es fundamental acudir a un especialista.

 

Si presentas síntomas como dolor persistente, debilidad progresiva o pérdida de sensibilidad, es fundamental actuar a tiempo. Cuento con amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de tumores de la médula espinal, ofreciendo atención especializada para preservar tu salud neurológica.

 

Agenda una consulta hoy mismo y recibe la mejor orientación para tu caso.

Dr. Aleixandre Betanzos Villegas

Médico Cirujano Especialidad en Neurocirugía Alta Especialidad en Cirugía Cerebrovascular

CP: 4422741 UNAM CE:7817843  UdeG

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